Aborto quirúrgico en la semanas 16-24
Aborto realizado en los meses centrales de embarazo, es decir, 13-24 semanas es un procedimiento significativamente diferente alcdel primer trimestre. Aun que hay similitudes, Como el embarazo progresa a través del segundo trimestre, los procedimientos utilizados requieren mayor tiempo, habilidad y con llevan riesgo algo mayor, aunque todavía significativamente inferior a llevar un embarazo a término.
La diferencia esencial es que el cuello uterino se debe dilatar y aumentar con el aumento de diámetros según la etapa del embarazo. La medida en que el cuello uterino puede dilatarse de manera segura con dilatadores varía, siendo generalmente más fácil en las mujeres que han dado a luz hijos con anterioridad.
La mayoría de los médicos experimentados evitan el uso de dilatadores mecánicos más allá de la semana 14 de embarazo. Algunos los evitan después de la semana 10. Como regla general, el método de elección para dilatar el cuello del útero más allá de la semana 12 es el uso de dilatadores osmóticos.
Estos son, básicamente, tallos de materiales que absorben agua y se expanden una vez colocados en el interior del cuello del útero. Una vez que se han insertado y que se dejan en el lugar aproximadamente por seis horas o hasta toda la noche. El resultado es que el cuello del útero está dilatado tanto y suavizado evitando así un poco los riesgo y los daños que podrían producirse si se amplía con dilatadores mecánicos.
En etapas más avanzadas del embarazo, que varía desde 20 hasta 23 semanas y más allá, la dilatación se realiza generalmente en forma de serie. Esto implica la inserción de una serie de dilatadores osmóticos para 6 o más horas para dilatar el cuello del útero adecuadamente para insertar 10 y 20 o más dilatadores osmóticos seguido, generalmente el día siguiente con la evacuación (“E”) de D&E del útero. Esta etapa de la cirugía, como en el primer trimestre procedimiento se realiza generalmente bajo sedación combinada con anestesia local. El feto y la placenta generalmente se extirpan con una pinza, por lo general siguieron con legrado por aspiración para eliminar los residuos. Legrado puede o no puede llevar a cabo como un paso final.
Una alternativa a este procedimiento a mediados de trimestre y más allá es la inducción del parto. Hay una variedad de procedimientos disponibles para lograr este fin, pero en general todos ellos implican la estimulación de la contracción del útero de la misma manera como lo hace en un trabajo de parto espontáneo. Este enfoque parece en un primer momento a ser ideal, ya que puede implicar ninguna instrumentación y es totalmente natural.
En realidad, sin embargo, el útero es con frecuencia muy poco preparado a trabajar en estas primeras etapas, e incluso cuando lo hace, el cuello del útero puede ser muy renuente a dilatarse. Hay una variedad de opciones para la “inducción”.
La actual técnica de uso más común consiste en un grupo de medicamentos llamados prostaglandinas. Estos se administran en la cavidad del útero por inyección o en la vagina como un gel o supositorio. Estos pueden ser utilizados en unión con dilatadores osmóticos también.
Existe cierta controversia sobre cuál de estas técnicas es la más segura. La mayoría de los datos disponibles sugieren que antes de las 20 semanas de gestación, D&E ofrece una mayor seguridad y eficacia. Más allá de esa etapa, es probable que haya datos suficientes para probar que cualquiera es superior.
Creemos que la experiencia es el principal determinante de la seguridad en los procedimientos de etapas más avanzadas. En manos experimentadas, creemos que la D&E es preferible. Es más predecible y proporciona que el riesgo sea menos grave. La alternativa final es “histerectomía”, que es básicamente una cesárea temprana.
Este procedimiento es mejor reservarlo para situaciones en las que el vaciado del útero por vía vaginal no es posible. Tiene las desventajas de mayor riesgo, mayor dolor, mayor recuperación y mayor costo y tal vez de mayor importancia, que se opone a futuro el parto vaginal.